15 años de Tapones de punta


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Tapones de punta cumple 15 años y los celebra este jueves en La Tangente. El año pasado editaron el excelente Metamorfosis, un disco con el que ampliaron su horizonte de búsqueda y a la base de brass y funk (siempre presente) le incorporaron aires de bossa (Bronca), soul & hip hop (El cocinero) y música incidental (Marcha para un funeral). Sonar así de bien es fruto de años de trabajo y de un esfuerzo económico que les permitió grabar en Buenos Aires, mezclar en Sao Paulo con Bid y Evaldo Luna de la banda brasileña Funk Como Le Gusta, y masterizar en Miami con Felipe Tichauer. 

El concierto se anuncia a las 23.00 pero comenzará a las 00.00 hs puntual. Van a recorrer sus tres discos, más alguna cosa nueva que aún no grabaron. Habrán invitados. El lunes por la tarde charlamos Marcelo Lanouguere (saxo alto y barítono) y Sebastián Bata Ayala (batería), dos de los nueve integrantes que conforman la banda. Hablamos de lo que significan estos 15 años, del trabajo que conlleva ensamblar nueve músicos y de cómo, por encima de todo, está el sentimiento. Aquí la charla.

- Están cumpliendo 15 años con Tapones de punta, lo celebran el jueves en La Tangente, pero hay una historia previa que tiene que ver con otra banda. ¿Cómo es?

Marcelo: Es una historia larga y jugosa. Nos conocemos y venimos desde el 2000 más o menos. Veníamos de un proyecto anterior que se llamaba 12 monos, que era un formato más cantado y más eléctrico. Habíamos editado un primer disco en 2004.  Ese año sucedió lo de Cromañón y no podíamos tocar tanto, entonces jugando con la sección de caños en los ensayos de los vientos, empezamos a tocar música en un plan de brass band. Al poco tiempo empezamos a tocar en un lugar por el oeste al que fuimos por un viernes y terminamos tocando un año o dos. Le encontramos la vuelta de rosca para armar fácil y tocar. Nos pasó quer también nos encantaba y me acuerdo que nuestro primer show fue en la calle, armar y tocar, fue alta fiesta. Eso empezó a modificarse, fuimos incorporando la viola, el teclado, el proyecto anterior se corrió y seguimos como Tapones de punta. Vino el primer disco, que lo hicimos en vivo en este lugar donde tocábamos mucho. El proyecto ganó peso y ahí seguimos sacando. Vino Buenísimo (2012), que fue el primero grabado en estudio, y el año pasado editamos Metamorfosis.

- Entre Buenísimo y Metamorfosis pasaron cinco años...

Sebastián: No nos gusta tomarnos tiempos tan extensos. Veníamos de una época en la que trabajábamos bastante con temas no propios. Todo ese tiempo fue una etapa de crecimiento personal, cambios personales, de banda, tratando de afianzarnos entre nosotros. En esos cinco años la banda estuvo creando cosas propias. Costó, pero llegamos a Metamorfosis donde hacemos todas las interpretaciones propias y la verdad creo que ese disco es bisagra para Tapones, porque son temas propios y del estilo que amamos. Tenemos planeado acortar un poco los tiempos de disco a disco. Esperamos este año empezar a bocetear.

- ¿Una canción como Bronca cómo se trabaja?, ¿cómo trabajan la música?, ¿hay uno que escribe primero y después la ponen en común? 

Marcelo: Ese, puntualmente, es un tema de Facu Bainat [guitarrista y trompetistas]. Él es quien más escribe de todos nosotros. Por lo general, los temas se bocetan usando la herramienta que cada uno tiene. O se escriben. Los caños somos lectores, pero a veces la base no, entonces se arma un boceto de tema, eso se lleva a la sala y ahí empezamos a meterle mano entre todos, ya sea en la forma final o no. Hay veces que vienen más armados y quedan así. Otras no, lo buscamos entre todos. 

Sebastián: La linea de vientos en general viene escrita y muy terminada. La base es más desprolija [risas], no leemos [risas]. Pero bueno, cuando tenemos que ensamblar nos entendemos muy bien. Los caños vienen muy armados y la base puede venir muy armada. Facu o Marce ya vienen con una idea de base también, pero siempre están las puertas abiertas a nuevas ideas y decisiones.

- ¿Se puede decir que en 15 años hay una política del afecto que prima para que un grupo como ustedes resista? La cuestión grupal y humana tiene que estar sólida.

Marce: De una. Primero fuimos un grupo de amigos y después fue mutando. Siempre nos sobrepusimos a todo gracias a eso. No sé cómo explicarlo, pero hay una unión que va más allá de lo material. Siendo una banda de nueve músicos, no lo hacemos por eso. Es como una onda que tenemos entre nosotros y que nos permite sortear lo que venga. Aún con nuestras crisis -en 15 años las hemos tenido- es como una gran novia que uno ama y odia. Siempre le encotramos la vuelta. Lo que yo rescato es que cuando uno no tira, tira el otro, y eso te lleva a querer seguir yendo.

- A pesar de que hay canciones donde la palabra aparece, Tapones de punta es un grupo donde prima lo musical. Incluso cuando aparece la palabra lo hace de un modo musical. ¿Está en el horizonte del grupo incorporar la palabra con un peso más fuerte?, ¿se dialoga eso?

Sebastián: Sí sale, sale. Si viene la letra, viene. Hay una idea de banda que siempre fue instrumental. La gente te pide un poquito de letra, ¿viste? Y la llegada es otra, la tocada es otra, porque cuando uno canta los chicos de los vientos descansan. Estamos abiertos a que haya letra. Creo, igualmente, que predomina lo instrumental que transmite una energía. Los vientos suplen la parte de la voz muy bien y el público lo recibe bien. No es una banda agotadora.

- Eso se nota en la lista de temas de Metamorfosis. Supongo que detrás del recorrido del disco hay horas de pensamiento y de combinaciones de distintas canciones.

Marcelo: Por más que sea una banda instrumental, la búqueda está en diferenciar cada tema y que a cada uno le pase algo diferente. Tranquilamente podríamos ser una banda de melodía-solo-solo-solo- melodía, y tratamos de no caer en esa porque a nosotros mismos nos aburre. Yo me lo tomo de esa manera, trato de buscar una vuelta al repertorio que vamos a tocar, que vayan flotando por diferentes lugares. Obviamente es una banda donde hay mucha improvisación, muchos solos de cada uno, pero tratamos de ir buscando un balance integral para no caer en una fórmula de 2+2.

- ¿Ensayan mucho para poder sostener el sonido? Porque si eso se enflaquece o se vuelve fofo hay algo que deja de suceder.

Marcelo: Según lo que tenemos en puerta ajustamos los ensayos más o menos. En general ensayamos una vez por semana dos horas. A veces intensificamos más y ensaya la base sola, o los caños solos, reforzamos detalles que tiene cada sub sección y después ensamblamos todo con ese laburo.

- "Los tapones son trabajadores formalmente comprometidos con el arte y la música", dice un texto que publicaron como descripción en bandcamp. Y hablan del baile también.

Sebastián: La música afroamericana es tremendamente bailable, la de los 70 o 80. La banda encara para ese lado. Personalemtne me encanta la música afroamericana, el funk, nos encanta ver a la gente bailar. Inconcientemente se armó algo que provoca eso. A la gente no la ves parada, nos motiva mucho más hacer temas bailables.

- ¿Es difícil asumirse un trabajador de la música? ¿En qué situación están los trabajadores de la música?

Marce: Es un arte en sí mismo cómo vos vas desarrollándote para poder subsistir en el mismo mundo que todos. Hacés lo que vas pudiendo y asumís ese compromiso de tocar la música que querés, pero muchas veces mechás eso con tocar diferentes cosas, siempre buscando un balance entre lo que quiero tocar realmente y mi posibilidad de trabajo. Yo lo veo como un arte. A veces hacemos más o menos malabares, pero siempre con la premisa de tocar lo que uno quiere. Después uno hace de todo.

Sebastián: Acá hay mucho de sentimiento, no tanto una búsqueda por el lado comercial. No está fácil para trabajar acá, entonces cada uno tiene su kiosquito armado individualmente. Después de tantos años y seguir unidos hay otro sentimiento. Eso es lo que yo recato de Tapones, no tanto lo comercial.

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