Los mismos trabajos, los mismo verdugos - Alvaro Urrutia presenta 'épicas bastardas'



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Alvaro Urrutia es poeta. Trabaja como maestro en una escuela rural en Villalonga, al sur de la provincia de Buenos Aires, cerca de Patagones, pero pasa buena parte de su tiempo también en Bahía Blanca donde lleva adelante el ciclo de poesía Cuatro de copas (cuatro poetas y sus respectivas copas de vino). Este 2017 se asoció con el imprentero Walter Uranga (quijote bahiense y anfitrión del Club Sixto Laspiur) para dar vida a una editorial que lleva el mismo nombre del ciclo y que imprime títulos de poetas admirados como Alberto Fritz o Nicolás García. Los libros cuentan con unas tapas artesanales de maravilla.

El Vasco -como le dicen- estuvo en Buenos Aires y pasó a visitarnos. Este año editó épicas bastardas (así con minúscula), un poemario del que ya habíamos hablado en parte hace unos meses cuando mostró los Poemas de Nely y Natividad como adelanto. Así describíamos y retratábamos aquel encuentro:

Se trata de fragmentos de lo que será un poemario más extenso. Su tarea es minuciosa y consiste en volcar al papel las voces de esas dos migrantes bolivianas trabajadoras de la cebolla que están radicadas en el sudoeste de la provincia de Buenos Aires. "Voces que todo el mundo maltrata", nos dirá.

Los poemas son fruto de un trabajo que Urrutia compartió con la antropóloga María Belén Bertoni. Lo destacable es el tratamiento respetuoso para con el tono de esos relatos que primero fueron escuchados, luego grabados y finalmente trabajados poéticamente. No fue fácil. Ni escribir las voces de dos mujeres, ni sintonizar con el tono.

El libro finalmente se completó con tres poemas más escritos a partir de testimonios orales escuchados por el propio Urrutia. "El derrotero es bastante similar: los mismos trabajos, los mismos verdugos", nos dijo. Lo que asoma en cada poema es el impulso interior del poeta por salir al encuentro del otro, que no es otra cosa que huir del yoismo tan en boga. Uno es el Poema de Feliza, una doña jujeña; el otro es el de Gallardo, surgido de conversaciones con una familia salteña que llegó a Villalonga; y por último el de Pedro, un inmigrante paraguayo que hace la leña y que llega a decir: "acá en argentina si no tenés documentos sos un perro / y si no laburás no comés / es así". Este poema tiene además una conciencia feroz de los tiempos que corren:

hay personas que no les importa nada
te tratan como un perro
pero yo no sé por qué     si es todo lo mismo
somos todos gente laburadora
y ahora va a ser peor con este macri
ahora me parece que van a sacar a todos los extranjeros
ahora va a ser muy difícil para los paisano
si no tienen el documento     se van
mi mujer
               hace como cuatro años que no le llega
pasa que ella entró de contrabando

la de ella es una historia muy triste

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¿Cómo pensó el libro? "Estuve pensando mucho - reconoce. Pensando en lo que pasa con la poesía actual, autobiográfica, un detalle de la infancia. La idea era correr un poco el eje e ir hacia vidas que pueden ser más complejas y que no tienen la posibilidad de explayarlo poéticamente. Las personas con las que trabajé, la mayoria, no saben escribir o están en una situación de desventaja con el canon poético. Ese era uno de los ejes que me llevo a decir que en lo que escuchaba hay poesía".

Para ese trabajo quedaron cinco voces, cinco largos poemas, cinco historias, pero habló con cuarenta personas. "Había historias brillantes o asomborsas, pero no estaba la poesía en esa conversación... o capaz estaba y no pude encontrarla. En ésto sí apareció algo y laburando salió la poesía que tenían esas personas. Tenían un universo poético, una conciencia sobre vidas, una reflexión sobre sus vida, la necesidad de contarlo y que se sepa, entonces quedé un poco rehén de la situación".

- ¿Dirías que tu poesía es el tono de ellos?

- Sería injusto. No me voy a negar el yo poético. Quizás quiero que no se note, pero es innegable que  estoy yo escribiendo y que estoy trabajando. A partir de la voz de otro, pero estoy yo escribiendo. Y si hay una repetición o una omisión la hago yo, y eso también construye el poema, direcciona, crea sentido más allá de lo que dice la persona. No voy a hacer responsable a las personas de lo que hice yo.

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Bahía Blanca y el canon. "Claramente el canon ha posicionado muy bien a Bahía Blanca. Hay muy buen nivel de poesía y está en diálogo constante con algunos poetas de Buenos Aires. Eso la referencia muy bien. Hay muchxs poetas. Hay un vocación casi poética de la gente de la cultura, no sé el número de poetas pero debe haber 60 o 70 poetas (...) Hay algo muy puntual y es que BB funciona como un satélite de Buenos Aires para el sur argentino. Y en lo que es las estéticas, música o teatro, también funciona de esa forma".

Bahía Blanca y yo. "Yo creía que la poesía que escribo no se enmarca dentro de esas estéticas, pero hace unos días, en un festival en Mar del Plata, un editor me dijo: 'Es muy bahiense la poesía que hacés'. Y me hizo pensar. Sí, hay algo de cierto trasfondo político o historicista que es propio de las poéticas de [Sergio] Raimondi o de Mario Ortiz, que aparece con matices y que se me coló de manera indirecta, se me coló en la poesía. Yo creía que mi poesía era más una estética patagónica, siguiendo la linea de [Jorge] Spíndola o de Raúl Mansilla. Se ve que también está mezclado con el universo bahiense y su estética. Me dejó pensando. Todavía estoy preocesando lo que me dijeron".

Comentarios

Clara ha dicho que…
Hola escribo desde General Roca, me interesa mucho poder leer alguno de los libros de alvaro.Cómo puedo conseguirlo?