"La idea de que la política cultural es la promoción de las bellas artes ha cambiado totalmente" - Entrevista a Marcela Rebón para escuchar

 
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Marcela Rebón es investigadora y licenciada en Ciencias Políticas. Con José Tassat empezaron hace diez años un proyecto donde buscaron, junto a un grupo de investigadores, develar la atención que se le presta a la cultura en los distintos municipios argentinos. Ese trabajo vió la luz en un libro que se llama Políticas Culturales Públicas. Culturas locales y diversidad cultural desde un enfoque geocultural que editó la Untref y que al día de hoy sigue su camino. 

Cuando empezaron la investigación se concentraron en municipios del conurbano de la provincia de Buenos Aires. "Era un poco el territorio que nos interesaba abarcar en ese momento -nos explicó Marcela en conversación telefónica. Después nos dimos cuenta que era interesante ver qué pasaba en otras provincias". 

Una de las puntas para pensar cómo se fue dando el proceso de institucionalización de las políticas culturales en los municipios está en la década del 90. Con las privatizaciones y la reducción del Estado se produce una descentralización de ciertas estructuras, y funciones que correspondían al gobierno central pasan depender de las provincias y de los municipios. "En los 90s se da una jerarquización de las políticas culturales en los municipios y coincide con los procesos de descentralización que se dieron en esa década. Estos municipios que se ocupaban básicamente de alumbrado, barrido y limpieza empiezan a asumir funciones que tenían que ver con educación, la salud y el desarrollo económico, entre ellas la cultura. El nivel de gobierno que más ha crecido - no solamente en inversión en cultura, sino también en fortalecimiento de sus equipos internos- son los municipios".

- ¿Qué concepción tienen de la cultura los referentes de los municpios?

- Esto varía de un municipio a otro, o de una gestión a la otra. Como una forma de institucionalizar la política cultural uno de los primeros pasos es asumir un marco conceptual y hasta ideológico te diría. Sí te podría decir, generalizando lo que está pasando a nivel nacional, que hay un corrimiento en decir que la política cultural tiene que ver con la promoción o el desarrollo de las bellas artes, con concentrarse en realizar espectáculos o hacer actividades que tienen que ver con la formación en distintas disciplinas artísticas, o con el cuidado del patriminio. Si bien esos siguen siendo ejes prioritarios, lo que vemos es que en los últimos diez o quince años hay una ampliación en cuanto a los objetivos y en cuanto al tipo de mirada y de concepción que hay de las políticas culturales. En primer lugar a partir de reconocer a la cultura como un derecho. Me parece que a partir de esa concepción empieza a cambiar también la intervención del Estado y se empiezan a incorporar nuevas miradas: la promoción de las industrias culturales, las industrias creativas, la diversidad, la identidad o con la creación de una matriz social propia de cada uno de los territorios. Lo que te puedo decir a nivel general es que esta mirada muy cerrada de que la política cultural es la promoción de las bellas artes ha cambiado totalmente.

- ¿En qué debe consistir un política cultural?

- En reconocer que la cultura forma parte del sistema de derechos humanos, que tiene que ver no solamente con el acceso a la cultura sino también con el reconocimiento y respeto de la diversidad, con la participación social y política en el municipio; y también con un reconocimientos de que todos quienes forman parte de ese territorio pueden generar cultura. Me parece que el objetivo de una política cultural tiene que ver con todos estos aspectos. Trasciende y amplia esa mirada más acotada que había hasta hace no muchas décadas que era limitarlo a vincular el desarrollo de las políticas culturales con las bellas artes, el patrimonio y la realización de espectáculos o fiestas tradicionales.

- Nosotros solemos decir que no aumentar las tarifas un 700 por ciento también formaría parte de una política cultural, porque la gente tendría más plata en el bolsillo y eso se podría volcar a consumos culturales. Es una mirada más integral. ¿Vos crees que existe o existió esa mirada en el diseño de políticas culturales a nivel país?

- Mirá, estamos muy lejos de esbozar políticas públicas en ese sentido. A veces pareciera que no solo en el discurso de los funcionarios o de los hacedores de políticas públicas, sino [que estamos lejos también en el discurso] de la ciudadanía en general. Cuando hacemos un diagnóstico nos centramos en la cultura. Las políticas neoliberales tuvieron como resultado la destrucción de la cultura del trabajo; cuando hablamos del aumento de femicidios decimos que eso también es consecuencia de cultura machista que está arraigada. O sea, cuando hacemos un diagnóstico lo concentramos en un problema que tiene que ver con la cultura, pero cuando vamos a pensar en las soluciones o en planificar el tipos de acción se deja de lado el tema de la cultura. En el diagnóstico pareciera ser que todos los problemas son culturales, pero cuando pensamos en la resolucion no tenemos en cuenta estas cuestiones. Y esto que vos mencionás tiene relación directa. Una de las cosas que la gente deja de hacer cuando hay crisis económicas es dejar de participar de actividades culturales, de disfrute o de ocio. Suele haber un retraimiento en la participación de la comunidad.

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