"Para mi Gardel es un pájaro de fuego". Marcelo Ezquiaga presenta 'Morocho'


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Programa N° 553. Entrevistamos a Marcelo Ezquiaga. Viene desarrollando un camino con la música grabada desde 2003 (puede ver in extenso acá), al comienzo como el compositor detrás de Mi Tortuga Montreaux y más adelante, desde 2009, como solista. En más de diez años editando discos, lo destacable es que siempre hizo lo posible por diseñar un tipo de canción (pop) que sonara fuera de la norma reinante.

Lo nuevo es una prueba de ello. Se llama Morocho. Homenaje a Gardel. Rescata aquellas canciones indelebles y las pone a circular bajo sus propias reglas, aplicándole un tratamiento sonoro alla ezquiaga y dejando afuera la guitarra criolla y el bandoneón. "Me agarra en un momento de la vida en el que ya grabé otros discos, tal vez por eso no imposté la voz y no los canté en un plan tanguero. Porque no es mi lenguaje y también porque le puse más tiempo y energía a otro lenguaje que tiene que ver con otra forma de cantar y con otros instrumentos, entonces los temas los cantaba más canción. Tardé un poco en grabar el primer demo, que fue Por una cabeza (hace por lo menos 3 años). En el disco quedó muy cercano a lo que es la grabación del demo", nos dijo.

Marcelo pensó Morocho como un disco de duetos a razón de un invitado por canción: en Por una cabeza participa Kevin Johansen, en Volver Rubén Albarrán (Café Tacuba y Hoppo!), en Cuesta Abajo Onda Vaga, en El día que me quieras Julieta Venegas, en Melodía de arrabal Miss Bolivia (que además interviene la lírica con un repeo introductorio que arranca diciendo: 'Se terminó la primavera y empezó el invierno / acá en el barrio donde todos estamos hirviendo') y sigue la lista.

Eso le da al disco la posibilidad de pensar cada canción como un pequeño mundo en el que reluce ese diálogo entre anfitrión e invitado."Vengo trabajando el canto -dice Marcelo al respecto. En este disco, en un momento, había cosas desparejas en la forma de cantarlo. Yo quise que estuviera todo ligado a una sola forma, que tuviera un hilo conductor fuerte, porque había tantos invitados que si encima mi voz variaba en función del tema no me parecía tan bueno (...) Hubo una decisión ahí. Incluso regrabé varias canciones que por ahí estaban cantadas más arriba o más abajo, y dije: 'Va a ser este el tono, esta la textura, esta la intención'. Y por eso creo que quedó muy parejo".

Es indudable que el disco tiene un efecto pop que hace imposible escucharlo sin querer bailar, entre otras cosas porque al día de hoy el pop y lo bailable parecen ser sinónimos de la música de Ezquiaga, aún cuando esa música venga desde el pasado.

Ir al rescate de Carlos Gardel es una apuesta por poner en circulación un puñado de composiciones altamente gravitantes en la cultura popular argentina, tanto en lo músical como en la lírica. Ezquiaga, sin venir del palo del tango, dimensionó la importancia de esa obra y quiso ponerla a merced de nuevas generaciones. "De a poco, metiéndome en las películas de Gardel, investigando en su vida, fui viendo cosas de su desarrollo artístico y llegué a la conclusión de que Gardel es un pájaro y es también un avión. Es un pájaro que se prende fuego en el aire, como un avión que también se prendió fuego en el aire. Y de esas cenizas nació ese mito que en vida no lo era tanto. Para mi, es un pájaro de fuego", dice e invita a escuchar la manera en que cierra el disco: un remix realizado por Ezequiel Kronenberg al que tituló Pajaro de fuego, en el que se encadenan las voces de todos los que participaron. La última que se escucha es la del propio Marcelo cantando entre llamaradas y pájaritos: "Criollita de mi pueblo / pebeta de mi barrio / con las alas plegadas también yo he de volver". Una forma de decir que Gardel (en esté disco) volvió.

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Marcelo presenta Morocho el jueves 02/06 en La Trastienda

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Una de las preguntas que permite hacerse este disco es si el plano de la composición queda a un costado o no. Por allí empezamos. Acá pueden escuchar y descargar la entrevista completa.

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