"Sentí que no era una época para escribir Poesía Civil II, tenía que escribir expedientes, memos, escuchar, hablar, operar y hacer algo desde el Estado". Entrevista con Sergio Raimondi + charla con Leopo de Sarro + E Agora? Lembra me. Todo al precio de uno y para descargar


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Programa N° 469. Las vedettes fueron las canciones, la poesía y las políticas culturales. Empezamos con música del disco nuevo de Prince, quien luego de casi dos décadas vuelve a fichar con la Warner (recordarán aquel conflicto que mantuvo a mediados de los 90s cuando salía en los conciertos con la cara pintada con la leyenda "Slave", denunciando el vínculo de explotacion que lo unía con la compañía). Lo que acaba de publicar, en realidad, no es uno sino dos discos en simultáneo: Art Official Age y Plectrumelectrum (acompañado por las 3rdeyegirl). Del primero de ellos  -más soulero y funk- escuchamos Breakdown.

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Sergio Raimondi es poeta. Formó parte de los Poetas Mateístas que a comienzos de los 80s escribían versos (propios y ajenos) en las paredes de Bahía Blanca. Trascendió las fronteras de la ciudad gracias a Poesía Civil, poemario editado en 2001 donde trabaja con una serie de ideas, materiales, restos y relatos vinculados al experimento que significó el neoliberalismo en los infames 90s.  "Tal vez, el objetivo mayor fue ampliar el espectro de lo que podía entenderse como material de la poesía (...) El libro todo el tiempo está trabajando con una especie de arqueología de la ciudad que la conecta con la historia argentina y mundial. Ahí aparece la idea de la literatura como una producción económica a la que hay que pensar en relación a la economía, a la historia y a la política. Una litaratura que no es autónoma. Ese es el eje del libro", nos contó.

En 1992 ingresó a trabajar al Museo del Puerto de Ingeniero White - a 7 km de Bahía Blanca- como encargado del Archivo de Relatos Orales. "Durante 12 o 13 años, mi tarea consistió en ir a las cocinas para hablar con inmigrantes italianas de 70 u 80 años que me contaban cómo hacían su comida a partir de recetas que trajeron con ellas, con mozos de cantinas de IW de los años 60, con estibadores que habían pertenecido a la cooperativa de estibaje del 50 o del 70, con ferroviarios, con prácticos... Eso fue mientras estudiaba en la Universidad Nacional del Sur y me empezaba a especializar en literatura latina (siglo I A.C). Significó una gran conmoción para mi propia formación", recuerda Sergio.

Su historia (personal) se fue amasando al compás de las conquistas de la democracia y de esa otra historia (general) que transcurrió en las calles de una Bahía Blanca llena de tensiones. Entre esos ríos es que Raimondi fue construyendo su mirada (poética). 

Su trabajo allí lo llevó a ser Director del Museo del Puerto y en 2011 se hizo cargo del Instituto Cultural de la ciudad. Ah, olvidaba decir que Raimondi se reivindica también como empleado municipal. En tiempos en que la función pública sigue gozando de desprestigio (todos escuchamos hablar pestes de quienes ocupan cargos públicos sin aplicar la misma vara al grado de responsabilidad con que asumen su propia tarea), él decidió asumir el compromiso al frente del Instituto Cultural -el equivalente a ser Secretario de Cultura- para poner en juego una idea de gestión (si es que vale la palabra) con oídos abiertos, abarcadora e inclusiva, que lo ubica muy por encima de otros responsables de áreas de cultura de municipios o gobernaciones.

Lo cierto es ocupó su cargo durante 2 años y 8 meses. Renunció cuando el intendente de BB, Gustavo Bevilacqua, del FPV,  dió el salto al massismo. 

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Lo interesante para subrayar -además del gesto político de su renuncia- es que su paso por el Instituto puso en circulación una concepción amplia de lo que es la cultura y de lo que debían ser las políticas culturales. Formulado así parece poco pero no lo es. Expresó la intención de pensar la relación entre artista y Estado, y puso en valor prácticas (populares) a las que el Estado siempre (siempre) les dió la espalda. No fue en vano. Su renuncia generó por parte del los sectores ligados a la cultura una repercusión nunca vista en la ciudad desde el regreso de la democracia.

Rescatamos un fragmento de la charla que aparece en el programa y que está relacionado con su manera de pensar el vínculo artista/ Estado, a la vez que lleva esa problemática al terreno de la primera persona, o sea de sí mismo, para ilustrar cómo pensó esta cuestión al momento de tomar la decisión de aceptar un cargo público:

"Había un tema muy fuerte que era: ¿Será posible, con esta política cultural, generar las bases para que el artista se repregunte cuál debería ser, en este momento particular de la historia, su relación con el Estado? Para mi eso era un trabajo. Es un tema dificilísimo porque el artista está formateado históricamente. La tradición romántica es muy fuerte en términos del individuo con respecto a la sociedad, del artista que se piensa en términos individuales con respecto a la masa, a la sociedad en su conjunto; y también el artista y su libertad con respecto a un Estado más coercitivo. De hecho, cuando te hablaba de los Poetas Mateístas a comienzos de la democracia, la feria de la cultura, los grupos de rock que emergieron en ese época, todos nos relatábamos a nosotros mismos en términos de resistencia 'frente a'. A mi me pareció que después de 30 años de democracia ese relato hacía ruido, se volvía anacrónico; el Estado ya había resuelto demandas históricas de estos sectores y empezaba a generar una nueva agenda de avanzada con respecto a demandas que tenía el ciudadano o el artista. La vuelvo como una pregunta con respecto a mí mismo: sentí, en algún momento, que no era una época para escribir Poesía Civil II, suponete, sino que tenía que escribir expedientes, memos, escuchar, hablar, operar y hacer algo desde el Estado, ocupar un rol en el Estado. Si lees ese libro -que está totalmente atravesado por la década del 90, por el experimento social que significó el neoliberalismo en Argentina- te das cuenta de que está sostenido por la ausencia del Estado, por una modificacion sustancial con respecto a la centralidad del Estado en la vida común".

(Hasta aquí parte de la historia que podrán escuchar con mayor detalle en los audios. La transcripción completa de la entrevista la estaremos publicando en breve). 

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Leopo de Sarro es un músico argentino que vive en Banfield al que conocimos hace unos años como parte de la experiencia CLDSCP, el dúo que integró junto a Andrés Andinach. La banda se desarmó y cada uno siguió su camino; el de Leopo parece consistir en tratar de desentrañar qué es eso que sucede cuando se encuentran la guitarra y la voz. Así se percibió con El lugar del puñal (2013) y así se percibe en Puñal 2, su nuevo disco recién editado, tan urgente como el anterior, que funciona casi como un registro documental del momento en que sus nuevas canciones aparecieron.

Con Leopo charlamos por teléfono. Le preguntamos por el grado de conciencia que hubo en la elección del sonido urgente, por la manera de interpretar lo que cada canción pide (su interpretación excede largamente el campo del canto) y por la elección de Martín Reznik (El Gnomo) para la producción de su nuevo disco. Imperdible.

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 Junto a Oscar Cuervo hablamos de cine portugués. "Los portugueses podrían ser campeones mundiales del cine", nos dijo haciendo referencia a que todos los años hay alguna película extraordinaria que llega de aquellos lares.

La película de la que hablamos al aire no es la excepción. Se trata de E agora? Lembra me (Y ahora? Recuerdame) de Joaquim Pinto, que se dió en el marco de la Semana del cine portugués que se llevó a cabo en el MALBA y que -atentos- se dará a lo largo del mes de octubre.

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 Para descargar el programa clickeá ACÁ

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Lista de canciones:

- Breakdwon - Prince
- No finjas más - Los Beatniks
- Verdemiel - Gastón Nakazato
- Dale dale - Leopo
- Nena - Leopo
- Atisbo - Gastón Nakazato
- Todo nos teje - Soema Montenegro
- Desolation road - Bob Dylan
- La calle de la desolación - Charly García

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